En aquel bosque había una regla fundamental que se imponía de manera imperativa y con lenguaje categórico, pero "empático": ser inclusivo. Todos los espacios y las decisiones eran inclusivas. Un día se generó un incendio. Entonces, los animales decidieron enviar a la tortuga para que volviera con ayuda. No se permitió que fuera la liebre porque la inclusion debía ser efectiva en términos prácticos y no solo discursiva. El bosque se incendió y se murieron todos; la tortuga ni siquiera alcanzó a salir del bosque. Lo único que sobrevivió fue el letrero donde decía: "aquí somos inclusivos".
Sunday, August 10, 2025
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