Monday, December 17, 2007

Los orígenes del Cristianismo

Ya nos hemos referido a los mecanismos y componentes sociales que posibilitaron la expansión del cristianismo en el Imperio Romano. La pregunta que aún flota en el aire es ¿por qué el mesianismo de Jesús y no otro de los tantos que hubo en Palestina? Algunas ideas nos pueden ser útiles y mostrar la íntima conexión entre una probable respuesta y los mecanismos y componentes ya expuestos en pasado congreso chileno de Antropología.

La primera idea es la siguiente: por diversas vías podemos concluir que Jesús no era ajeno a la corriente farisea y su solidez intelectual lo diferenciaba de los otros líderes mesiánicos surgidos en la combativa Palestina.

“Colegas israelitas, fíjense bien en lo que van a hacer con estos hombres. Porque, no hace mucho apareció Teudas, que se hacía pasar por un gran personaje, a quien se unieron unos cuatrocientos hombres. Pero lo mataron y todos los que lo seguían se dispersaron o desaparecieron. Después en tiempos del censo, surgió Judas el Galileo, que arrastró al pueblo en pos de sí; también éste pereció y todos sus seguidores se dispersaron.

Por eso, les aconsejo ahora: olvídense de estos hombres y déjenlos en paz. Porque si esta idea o esta obra es de los hombres, se destruirá por sí sola; pero si viene de Dios, no podrán destruirla. No sea que estén luchando contra Dios.” (Hechos 5, 35-39)

Se dice corrientemente que las divisiones y diferencias de opinión entre los cristianos se empezaron a dar desde el principio, atentando contra la supervivencia de la Iglesia. La segunda idea es la siguiente: el cristianismo nació dividido. En realidad llegó a diversos grupos sociales de la franja siro palestina. En cada uno de ellos tomó las características sociales del contexto y se diferenció del cristianismo de otros grupos sociales.

¿Por qué el cristianismo resultó ser un grupo mesiánico exitoso a diferencia de los otros? Podemos esbozar una respuesta con una tercera y una cuarta idea. Cada mesianismo previo se sustentó en un sólo grupo social y careció de un líder con la estatura intelectual de Jesús. El cristianismo penetró en varios grupos sociales: a mayor número de grupos penetrados es mayor la probabilidad que sobreviva en alguno(s) de ellos. Esa es la tercera idea, ahora la cuarta idea: de entre todos los grupos sociales logró penetrar en un grupo económicamente sólido, que formaba una red social extendida por Anatolia y la costa siria. Sus miembros viajaban constantemente de ciudad en ciudad llevando cartas, mercaderías y dinero; situación por la cual los componentes de esta red mantenían los flujos en constante vitalidad. Estamos hablando de los comerciantes judíos de habla griega La tradición de este grupo es la pétreo-paulista y reconoce su hecho-relato fundante en el día de Pentecostés. Los recursos humanos y económicos hicieron que esta variante del cristianismo sobreviviera a diferencia de otras cuya se raíz hubiese quedado ahogada dentro de los márgenes de Palestina. Otras hubiesen evolucionado hacia el Este de Siria.

Sobrevivió entre los judíos griegos y se expandió siguiendo su red social (idea tomada de Stark 2001). El proselitismo cristiano es el elemento que transformó esta red social judíío-helena de una red cerrada a una red abierta al entorno social y absolutamente capaz de integrar la alteridad. Sobre esta plataforma el cristianismo se lanza a la conquista del imperio.

Ay, Almudena...

La sabiduría inútil se diferencia de la tontería sólo en que demanda más trabajo.

(Proverbio escandinavo)

Como andrógeno

Sócrates creció tanto que debió sufrir una mitosis. Se dividió en Platón y Diógenes. Platón a su vez mutó y llegó a ser Aristóteles. Desde entonces Diógenes y Aristóteles se repelen, pero en realidad sienten mutua atracción el uno por el otro. Es como si fueran uno solo.