Friday, June 06, 2008

La grandeza de la ciencia social.

Dentro de la tradición occidental constituye un tópico asociar la realidad a la ciencia y la metafísica a las humanidades. Me pregunto cuál será el plano en que se mueve la ciencia social. Podemos imaginarla como un sujeto con un pie en la realidad y otro en la metafísica. Podemos también imaginarla como una hoja de cuaderno, con un anverso real y un reverso metafísico. Otra figura podría ser la del líquido intersticial entre dos órganos.

Cuando las humanidades se expresan sobre el ser humano lo hacen de manera metafísica. También existen muchas proposiciones metafísicas que se han planteado en el dominio de las Ciencias Sociales. Nos sirve de ejemplo la proposición A: "la la conflictividad es consustancial a la construcción y reconstrucción de la etnicidad" lo que conlleva que "los conflictos étnicos no tengan solución definitiva". Esta es una afirmación que trasciende las demandas económicas, la infraestructura de los hogares de la CONADI, las becas universitarias y las alturas del Golán. Todas estas dimensiones concretas de la vida concreta. La proposición A se mueve en una dimensión distinta a las tres dimensiones de alto, ancho y profundidad. Por eso decimos que es metafísica. Independiente de esta proposición cada problema humano es solucionable si existe la voluntad y el conocimiento suficiente para hacerlo. ¿Existirá esa voluntad y ese conocimiento? Existirán si tú deseas que existan; o sea existirán si existe la voluntad. La voluntad determina la existencia. Decir que los problemas étnicos no tienen solución definitiva es el primer paso para impedir que efectivamente tengan solución definitiva.

Mi intención última nunca ha sido echar las bases de la antropología científica. Espero que nunca alcances esos grados de petulancia. Para mí es tan simple como observar el mundo en forma pasiva para luego enfrentarlo con una combinación entre el vocabulario mínimo que adquieres en la academia y las consideraciones elementales que podrían emanar de tu propia cultura/sociedad, o sea, de tu sentido común. Para eso nos sirve a ambos la condición relativamente marginal de la arqueología con respecto a la teoría antropológica y de la academia con respecto al resto de la sociedad. Por eso es que nuestras consideraciones no tienen por qué proponer ideas creadas ex nihilo, sino más bien recombinar las ya existentes.

Antes te dije que las causas reales que explican la aceptación y crecimiento de las Ciencias Sociales son, en primer lugar, el fracaso manifiesto de la mente ilustrada de Occidente para “corregir” mediante la educación los errores acumulados a lo largo de los supuestos siglos de ignorancia medieval o etnográfica y, en segundo lugar, la imposibilidad de encontrar soluciones puramente racionales a los problemas de la gente sobre la base de las humanidades. Estas dos situaciones dejan dos alternativas para la construcción de una perspectiva socioantropológica. Una es enviar la ciencia social al destierro metafísico en donde se confundirá con la filosofía, pero no será filosofía. En donde se confundirá con la literatura, pero no será literatura. En donde se confundirá con la poesía pero escasamente podrá estar siquiera cerca de la verdadera poesía.

La otra alternativa es tomar las proposiciones y entidades metafísicas, y evitar la discusión sobre su naturaleza última, real o metafísica. Sencillamente las asumimos como fenómenos naturales. Ese ha de ser tu punto de partida. Dicho en otras palabras, a la economía, a la ideología y a la interacción las colocamos en el mundo de los fenómenos físicos y nos referimos a ellas como si fueran entidades físicas. Es este un acto de voluntad, al igual que reconocer la idea de estructura y la lógica proposicional como las grandes herramientas que son. Por es es que corrientes como el marxismo o el funcionalismo resultan ser grandes referentes. Colocar los fenómenos y conceptos del dominio metafísico en una matriz física es la clave para que la ciencia social juegue un rol relevante al interior de la sociedad. Esta no es una nostalgia premoderna, es la constancia de una realidad que conciente o inconcientemente se está dando hoy por hoy.

Aun cuando nos ciñamos al constructivismo, las proposiciones metafísicas de tipo socioantropológicas que, a la luz de la lógica proposicional no resulten integradas con la realidad socio-física, han de considerarse falsas o pertenecientes a dispositivos de observación ajenos a las Ciencias Sociales. Sobre esta base debes ofrecer un análisis del mundo inmediato que le sirva a las personas para mejorar su propio mundo inmediato; bajo el horizonte de sus propios valores culturales, patrimoniales o bien ancestrales. En esto radica la grandeza de la ciencia social y ya no es tiempo de jugar a la profecía histórica ni a la imposición de criterios.

Por supuesto que tienes permiso antropológico para usar tú mismo el conocimiento científico-social y participar en el debate político. Actuará un tipo de voluntad con apellido y tu rol será de político y no de antropólogo, sociólogo, etc. Por cierto que tengo la firme convicción que desde el podio del mandatario difícilmente se vea lo mismo que desde mi butaca.

Tu imaginación también puede surcar por reinos maravillosos si tu voluntad así lo determina. Donde haya océanos de vino, cíclopes con cuatro brazos y árboles de pepinos podrás volar tranquilamente sobre una bala de cañón. Todas realidades “discursivas”, susceptibles de sufrir el tratamiento fisicalista que hemos sugerido y al menos de mi parte, también tienes permiso antropológico para prescindir de dicho tratamiento y de vivir por el sólo gusto de vivir. Mirar desde arriba de una bala de cañón tal vez te permita ver las cosas de tal modo que emerja la condición esencialmente real y física de las cosas sociales. Por eso el fisicalismo socioantropológico te resultó la más cuerda de las locuras voluntarias.

Thursday, June 05, 2008

El florecimiento postporcesual...

...se explica por los cambios en el modo de producción capitalista. El paso de un capitalismo de la producción a uno de la información implica el condicionamiento cuando no la determinación de nuevos modos de concebir el mundo. Es lo que en última instancia explica el paso de la arqueología procesual a la postprocesual. Todo esto constituye un fenómeno del mundo angloparlante. Eso es todo.