Principio de tercero incluido

El comunismo, tal como lo soñaron los gestores de la URSS es claramente posible y no sólo eso: existen clara posibilidades que el devenir histórico nos lleve hasta él. Pero sólo será posible cuando todos tengamos idénticas capacidades, necesidades y probidades; con un grado de conciencia y autocrítica absoluta al igual que una integración social perfecta. Mis consideraciones sobre la evolución metacultural invitan a pensar en esta posibilidad, pero también en la alternativa que Flavia Perpetua ocupe el lugar que aquí estamos adjudicando al sueño comunista.
Las estructuras ideológicas que hay detrás del sintagma de la racionalidad occidental quizás sean más profundas y complejas que lo estimado por los letrados. El Hombre siempre ha deseado el máximo bienestar y libertad para el individuo, así como una integración social digna de la isla Utopía; pero Flavia Perpetua no admite prójimo y la utopía comunista excluye a Flavia Perpetua. Así es que, al menos en apariencia, la evolución metacultural nos conducirá a uno o al otro, pero no a ambos de manera simultánea. Sin embargo Occidente anhela a cada uno con la misma intensidad y ese deseo no resuelto por un lado condiciona el devenir metacultural y por otro lado se manifiesta en los lugares donde lógicamente podríamos encontrarlo. ¿Será porque fuimos creados por un Dios trino y unitario al mismo tiempo?

Probidad y servicio público

Frente a las múltiples críticas hechas a las "turbiedades" de Piñera, los apologistas del candidato han señalado que quienes están habilitados para "lanzar la primera piedra" sencillamente no pueden gobernar. Dudo que haya una correlación estadística entre incapacidad para gobernar y la probidad en el servicio público. En cambio hay otra relación que si me ha tocado observar en la vida cívica y a la luz el cristianismo: que los capacitados para tirar la primera piedra sencillamente no son son los más interesados en hacerlo.

Contradicciones postmodernistas

Se afirma por un lado: “la antropología no es una ciencia porque nunca es completamente exacta y conlleva subjetividades”, mientras que por otro:” “el positivismo está equivocado porque la ciencia nunca es completamente exacta y también conlleva subjetividades”. Que alguien sea crítico con lo ajeno pero no con lo propio ya es un defecto, pero otro defecto también lo hay cuando prescindimos de un elemento tenido en alta estima por el empirismo lógico y cuyos detractores podrían rescatar de dicha corriente antes de enviarla al bote de basura: la no contradicción.